Como en muchas ocasiones
y como muchos de los seres mortales del planeta
a veces el agua en vez de llegarme solo hasta el cuello,
me sobrepasa.
Y yo que no se nadar (como otros seres mortales)
me he visto forzada a aguantar la respiración debajo del agua
volverme pez, sirena o cualquier otra criatura marina.
Aún en medio de oleajes fuertes
he sabido mantener la calma y
sacar tiempo para comer y tomar café.
He visto lo que me espera allá en la superficie
y se que es necesario mojarme
para salir a la orilla toda sexy
como las modelos en los comerciales.
Hoy me tienen una despedida
las estrellas de mar, mis amigas las medusas
y mi enamorado el pulpo.
La Sirenita Ariel dice que me extrañará
y los demás mostraron su agradecimiento
porque fueron muchas gotas las que doné al mar.
Humarina! Humarina! ¿dónde vas?
-A continuar mis aventuras
en el mundo donde ocultar lo que sientes
es normal.